domingo, 17 de enero de 2010

Prólogo El Espíritu Eterno


En un trasfondo de guerra, dolor y soledad encontramos a Marina, malagueña en el exilio. Marina nos ira envolviendo con su aura misteriosa hasta hacernos partícipes del sonido de las notas de su piano.
La joven autora, Elena Jiménez, nos muestra en éste, su primer libro, una mezcla de situaciones diversas que tratan de reflejar las emociones, miedos, amores e ilusiones de los protagonistas que nos enganchan en esta historia hasta descubrir el sorprendente e inesperado final.
La sordidez y el misterio que envuelven el escenario de la trama, contrasta con la belleza y la sagacidad de la protagonista, que a través de la música se hace camino en un mundo lleno de obstáculos. Todo ello nos predispone a introducirnos en ese mundo onírico en el que el amor y la muerte son testigos de las aventuras que aparecen en la obra.
A la vez, nos refleja el contraste latente entre fantasía y la cruda realidad que tuvo que vivirse bajo el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial: los temores, las intrigas y el acecho, que encuentra quien paradójicamente ha huido de otra contienda en la que se masticaba el dolor y la tragedia. Todo ello hace de ésta, una obra diferente, interesante e intrigante que no deja impasible a ningún lector.

Resumen El Espíritu Eterno



En medio de un ambiente sórdido y cruel que emana de la Guerra Civil Española, una joven casi treintañera, Marina Mun de Salcedo, malagueña de cuna y pianista de gran prestigio, no encuentra otra opción que la de aventurarse a emprender rumbo a Europa, eligiendo París como sede de su destino.
Lleva a cuestas un sinfín de recuerdos, de los que difícilmente podrá desprenderse: la pérdida de sus padres víctimas de la Guerra Civil, y el profundo vacío que ha dejado en ella la muerte de su fiel e inolvidable amigo Bob, siendo quizás éste el motivo que le lleva a evadirse frecuentemente de la realidad envuelta en un mundo onírico.
Pero esta soledad se ve compensada por el encuentro fortuito con Pancho, un perro que le acompañará en su larga historia, y por la grata compañía de su gran amiga Deray Guilabert, con la que pasa muchos ratos agradables de su vida y le posibilita conocer a figuras relevantes de la vida parisina, tales como la diseñadora Coco Chanel, entre otras.
La estancia en París le posibilita celebrar varios conciertos, incluso alguno clandestino, como el que hará en homenaje a la muerte del hijo de su entrañable amiga Deray; con ello adquiere fama y prestigio, dejando absortos con su música a todos los que acudían a oírla tocar. Cuando tocaba el piano, radiaba una enorme luz blanca que transportaba a los asistentes a un mundo de en sueño. De aquí el sobrenombre de Espíritu Eterno, con el que se la conocía.
El azar le deparará conocer a un oficial alemán, el mariscal Kennen, de ideología nazi, que hará todo lo posible para conocerla y seducirla con la colaboración de su ayudante Francoise. A partir de entonces, huyen juntos reiteradas veces; Kennen por conspirar supuestamente contra Hitler y Marina por otros motivos. El mariscal requerirá de su ayuda para descifrar cuatro manuscritos antiguos llegados a sus manos de forma misteriosa, los cuales serán traducidos gracias a la colaboración de su equipo de traductores.
El contenido de estos manuscritos tenía en común la aparición de Lilith, una hermosa mujer pelirroja, amante de la música; la primera mujer de la humanidad, que fue castigada por desobedecer el mandato divino, al tratar de buscar su propia libertad. Kennen advierte demasiadas coincidencias entre Marina y la primera mujer, dejándole ver a Marina que ella era la verdadera Lilith. Tanta fue la insistencia del mariscal hasta el último suspiro antes de su muerte, que ella no descarta tal posibilidad.
Tras la pérdida de otras personas importantes en su vida, Marina siente el fantasma de la soledad, añora tiempos pasados en su Málaga natal y, finalmente, opta por regresar a ella intentando recuperar la felicidad perdida.